lunes, 8 de diciembre de 2014

FABULAS CHINAS (3)

La parábola del estudio

Ya tengo setenta años -dijo el duque Ping de Jin a su músico ciego, Shi Kuang-. Aunque quisiera estudiar y leer algunos libros, creo que ya es demasiado tarde.
- ¿Por qué no enciende la vela? -sugirió Shi Kuang.
- ¿Cómo se atreve un súbdito a bromear con su señor? -exclamó el duque enojado.
- Yo, un músico ciego no me atrevería -protestó Shi Kuang-. Pero he oído decir que si un hombre es devoto al estudio en su juventud, su futuro es brillante como el sol matinal; si se aficiona al estudio en su edad media, es como el sol de mediodía; mientras que si comienza a estudiar de viejo, es como la llama de la vela. Aunque la vela no es muy brillante, a lo menos es mejor que andar a tientas en la obscuridad.
El duque estuvo de acuerdo.


El ciego y el cojo

Cierto país fue invadido por el enemigo. Cuando un cojo se lo comunicó a un ciego, éste se cargó al cojo a sus espaldas y escaparon juntos. Lo hicieron aprovechando lo mejor de cada uno.

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